Hacia un Programa de Gobierno Incluyente con visión integral y transversal de Cultura
La historia se construye, se proyecta, se programa. No siempre obtenemos lo que se busca, pero en su construcción avanzamos.
La realidad es una suma de creencias, vivencias, ideas y hoy, noticias, falsas o verdaderas, que corren a la velocidad de un clic por las redes sociales.
“La realidad ES, no se tiene” y en ese sentido se construye en los hechos, en la cotidianidad y desde abajo.
Hoy somos una realidad en el rescate de la República y buscamos sumar las realidades de la mayoría de la población porque ese es su mandato.
En esta primera etapa de la transformación, el choque frontal con la corrupción, impunidad y violencia institucionalizada ha consumido gran parte de las tareas de gobierno. Es por ello que la siguiente etapa debe continuar con esos mismos ejes, pero al mismo tiempo iniciar la etapa de construcción de la nueva institucionalidad que permita construir el México que todos queremos y necesitamos.
Sumar las ideas, sueños y aspiraciones, ese es nuestro reto hoy.
Necesitamos construir programas y proyectos que constituyan los ejes de las políticas públicas de una nueva forma de gobierno, a partir del conocimiento, el trabajo y la convivencia.
El excesivo individualismo ha hecho de nuestra sociedad una masa amorfa en la que no importan los derechos de los demás sino el mío propio. En ese pensamiento la comunidad no existe si no sirve para satisfacer las necesidades individuales.
Debemos romper con los modelos de control que se impusieron desde la administración municipal y que se multiplicaron a todos los niveles al grado de dividir a la sociedad entre buenos y malos.
Para eliminar el “divide y vencerás” que se convirtió en “atomiza y gobernarás”, es indispensable encontrar mecanismos de participación ciudadana que permitan iniciar un proceso de reversión de tal individualismo.
No somos solamente números de afiliación del INE o de cuenta bancaria. Somos seres humanos que vivimos en sociedad y que necesitamos de todos para resolver la problemática de inseguridad, injusticia e impunidad en que nos encontramos.
Se trata en suma de avanzar de la consulta ciudadana a la toma de decisión popular.
En el Laberinto de la Soledad, Octavio Paz decía que en México “no se discuten los asuntos públicos: se cuchichean”. Debemos trascender el nivel del “cuchicheo” y el “chisme” y la única manera de hacerlo es siendo transparentes en:
- La claridad de nuestras líneas de políticas públicas en cada uno de los programas y proyectos.
- La información oportuna y veraz a la comunidad organizada y no organizada.
- Apertura de espacios de expresión y opinión de la sociedad para hacerla partícipe de las políticas públicas y sus decisiones.
- Una comunicación social organizada y eficaz.
En resumen, se trata de rescatar la grandeza de nuestro país desde el ámbito municipal con menos consignas y más ideas, con menos pretextos y más trabajo.
Ya no se trata de construir solamente un discurso político-electoral, sino fundamentalmente, un entramado lógico que permita la orientación administrativa de nuestras políticas públicas.
¿Podremos crear la alternativa administrativa y de gobierno que requiere hoy la sociedad?
Sí, pero será necesario construir un modelo regional-municipal (territorializando pueblos y colonias), de atención multinivel, en el que se considere un punto intermedio a partir de las problemáticas comunes y con ello hacer que desde el municipio el pueblo sea protagonista y guía de la construcción de una nueva forma de gobernar.
En otras palabras, tener el catálogo de necesidades por región municipal, por regiones estatales y a nivel nacional, con la prioridad en cada una de ellas y establecer las cinco principales problemáticas que les aquejan. En base a ello establecer y organizar brigadas de servidores públicos, organizaciones vecinales y comunitarias que permitan una atención múltiple, eficiente y medible en el impacto social.
Entender que la economía ha intentado, hasta ahora con éxito, sustituir a la política, pero en el mejor de los casos solamente ha logrado llegar a niveles administrativos porque concibe como fin la administración pública, mientras que nosotros usamos a la administración para crear políticas públicas que hagan posible el desarrollo de la comunidad.
La administración es una herramienta no un fin en sí mismo.