REFLEXIONES ANTE LA PROPUESTA DE RECORTE DEL 28% AL PRESUPUESTO PARA CULTURA
REFLEXIONES ANTE LA PROPUESTA DE RECORTE DEL 28% AL PRESUPUESTO PARA CULTURA
Por Fernando Elías Hernández.
El presupuesto.
Según el INEGI en su cuenta Satélite de Cultura, durante el año de 2023, “el sector de la cultura contribuyó con un monto de 820 963 millones de pesos de PIB, es decir, con 2.7 % del PIB del total de la economía”.
El aporte del “sector creció 2.6 % respecto” a 2022 y sus actividades económicas “generaron 1,439,671 puestos de trabajo, lo que representó 3.5 % del total de la economía”.
Históricamente el sector de la cultura en México de manera constante aporta más riqueza de lo que proporcionalmente se le asigna presupuestalmente.
Sin embargo, de 2018 a 2023 se han perdido más de 179 mil empleos, afectando la producción de artesanías, al cine, a compañías de danza y teatro, la producción de libros y el trabajo voluntario en actividades culturales, por mencionar algunos.
Sorpresivamente el paquete económico presentado por Hacienda asigna para 2025 un presupuesto al Ramo 48 correspondiente a Cultura: $12,081,496,999 (mdp), esto es 4 mil 673 millones menos que en 2024, cuando se otorgaron 16 mil 754 mdp, lo que representa una disminución de 27.8 por ciento.
Aunque es cierto que la Presidenta Claudia Sheimbaum ha establecido que los recursos que se “ahorrarán” por la desaparición de los órganos autónomos, mejor dicho, una parte de ellos, se reorienten a cultura, esto está muy lejos de ser una buena noticia.
No es muy esperanzador que se tenga que regatear un incremento al presupuesto cuando éste es el más bajo que se haya otorgado desde 2017, año en el que recibió 12 mil 428 millones de pesos.
Y no lo es porque de una u otra manera refleja la importancia que el gobierno federal le da al sector cultural. Amor con amor se paga y la manera de demostrarlo es el presupuesto.
Las batallas que se vienen.
En la historia de nuestro país una gran mayoría de artistas han sido de pensamiento libertador, revolucionario o progresista. Las luchas libertarias de nuestro pueblo no se pueden entender sin su contribución.
Solo como anotación, es cierto que dentro del ámbito artístico se infiltran seudo-artistas con pensamiento conservador que solo buscan su acomodo con las nuevas élites y que obstaculizan el desarrollo de novedosas interpretaciones de la realidad a partir de sus propuestas artísticas, lo cierto es que son minoría y a la postre muy poco logran mantenerse.
Pero lo más importante es la cantidad y calidad de los artistas comprometidos con las causas populares y que abrazan sus banderas desde su propia trinchera.
Esa riqueza cultural generada por ese sector va desde el cantante callejero, el teatrero de barrio, la compañía de danza escolar, hasta los grandes expositores de canto, danza, cine, etc.
Crear un ambiente creativo proclive a la transformación a llevado décadas hasta lograr que las condiciones objetivas y concretas se materializaran en la posibilidad de que los actores políticos pudieran encontrar un camino viable, que generará una propuesta alternativa de nación, que viera a los pobres como el eje transversal de las políticas públicas para un desarrollo con bienestar para todos.
Hoy que se es gobierno y se puede administrar con la lógica del desarrollo con bienestar del ser humano es necesario considerar que las batallas en el terreno cultural continúan y que no se detendrán.
La derecha en el mundo ya lo ha dejado claro en voz de su novel portavoz Agustín Laje, quien ataca al feminismo, a la ideología de género, al abortismo, al ambientalismo y al cobro de impuestos a los empresarios exitosos, a quienes considera como héroes no reconocidos, que la batalla será cultural.
Laje en diversas entrevistas, discursos e incluso un libro, ha manifestado que la derecha del mundo debe prepararse para dar la batalla cultural y que no deben renunciar a sus preceptos contra el progresismo y su voluntad de articular una “derecha sin complejos”.
Coincide con Augusto Pinochet y justifica la “necesidad” del Golpe de Estado de 1974 en Chile, apoya a Milei en Argentina y promueve.
No es tampoco coincidencia que la derecha y sus políticos se ajusten a esta “nueva” y retrógrada visión, apuntalando sus posiciones contra las libertades sexuales y reproductivas; el no reconocimiento del feminismo y su apoyo a empresarios evasores y deudores de impuestos.
La batalla que viene no será solamente en el ámbito político sino fundamentalmente en los espacios en los que la cultura llega de manera más eficiente a la población.
La batalla que viene requiere de estar preparados en las calles, escuelas, barrios, pueblos, municipio, estado y el país.
La embestida ya se encuentra en los canales de televisión de las empresas de comunicación masiva.
No es casualidad que ahora las notas principales sean de nota roja o que las series y películas se refieran a la violencia entre cárteles. No, no es casualidad que se oculten los avances en materia de educación, salud, economía, etc., sean relegados u omitidos de los noticieros.
La batalla que viene es cultural como siempre lo ha sido, pero ahora la retrógrada derecha, los progres que viven de la entrega de “premios” o “reconocimientos”, los falsos promotores de cultura que buscan infiltrarse en sindicatos y organizaciones gremiales, ya lo han dejado claro: Van por la batalla cultural.
¿Dejaremos que eso suceda?
Ya lo veremos en el presupuesto.
3/diciembre/2024